Hace ya varios años, durante su viaje a Filipinas, el Papa Francisco popularizó una estatua de un santo más realista: la de San José, acostado de lado, profundamente dormido. Era el 16 de enero de 2015 en Filipinas cuando dijo:
«Me gusta mucho San José. Es un hombre fuerte de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo. Incluso cuando duerme, cuida de la Iglesia. ¡Sí! Sabemos que puede hacer eso. Cuando tengo un problema, una dificultad, escribo una pequeña nota, ¡y la pongo bajo San José, para que él pueda soñar con eso! En otras palabras, le digo: ¡ora por este problema!»
Después de este discurso, las estatuas de San José dormido se hicieron mucho más populares.
La imagen se inspira en los pasajes de la Biblia sobre los sueños de San José y la huida de la Sagrada Familia a Egipto. Nos recuerda que San José era humano y también tenía las necesidades que tenemos nosotros. Y es hermoso que Dios haya decidido hablarle en ese momento de vulnerabilidad. No debemos olvidar que también a nosotros Dios puede hablarnos en sueños.
San José tiene cuatro sueños diferentes de Dios en el Evangelio de Mateo.
En el primer sueño, Un ángel del Señor le apareció a José en sueños y le dijo que no temiera tomar a María como su esposa, porque lo que ella había concebido era del Espíritu Santo. También le indicó que el niño sería llamado Jesús, porque salvaría a su pueblo de sus pecados (Mateo 1, 20-24).
El segundo sueño ocurre después del nacimiento de Jesús: Un ángel apareció en sueños a José y le advirtió que Herodes buscaba al niño para matarlo. Le instruyó que huyera a Egipto con María y Jesús (Mateo 2, 13-14).
El tercer sueño ocurre en Egipto, en éste el ángel le dijo que podían regresar a Israel porque Herodes ya había muerto (Mateo 2, 19-21).
José, después de enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes, estaba gobernando, tuvo un cuarto sueño, en el cual fue instruido para irse a la región de Galilea, por lo que decidió irse a Nazaret (Mateo 2, 22-23).
En su discurso de 2015 en Filipinas, Francisco dijo que la manera en que San José respondió a los sueños —levantándose y haciendo lo que Dios le había pedido— muestra que era un hombre que estaba dispuesto a hacer la voluntad de Dios inmediatamente:
“Esos preciosos momentos de reposo, de descanso con el Señor en oración, son momentos que quizás deseemos prolongar. Pero como San José, una vez que hemos escuchado la voz de Dios, debemos levantarnos de nuestro letargo; debemos levantarnos y actuar”.
Cómo pedir la intercesión de San José dormido
Coloca la estatua de San José dormido en un lugar especial de tu casa, y coloca tus intenciones escritas o (dibujos) debajo de la imagen. San José extenderá su protección tal como protegió a la Sagrada Familia durante sus momentos de lucha.
Oracion a San José dormido
Oh San José, eres un hombre muy favorecido por el Altísimo. El ángel del Señor se te apareció en sueños, mientras dormías, para advertirte y guiarte en el cuidado de la Sagrada Familia. Eras silencioso y fuerte, un protector leal y valiente.
Querido San José, mientras descansas en el Señor, confiado en su poder y bondad absolutos, mírame. Por favor, toma mi necesidad (mencione su solicitud) en tu corazón, sueña con ella y preséntasela a tu Hijo. Ayúdame entonces, buen San José, a escuchar la voz de Dios, a levantarme y actuar con amor. Alabo y agradezco a Dios con alegría. San José, te amo. Amén.
