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Presentación de la Virgen María

Presentación de la Virgen María
Presentación de la Virgen María

La fiesta de la presentación de María se basa en una antigua tradición que dice que María fue llevada al templo en Jerusalén cuando tenía 3 años y estaba dedicada a Dios. Lo que celebramos en este día es el hecho de que Dios eligió habitar en María de una manera muy especial. En respuesta, María puso todo su ser al servicio de Dios.

Aunque no se puede probar históricamente, la presentación de María tiene un importante propósito teológico. Continúa el impacto de las fiestas de la Inmaculada Concepción y del nacimiento de María. Destaca que la santidad conferida a María desde el comienzo de su vida en la tierra continuó durante su primera infancia y más allá.

Entre los judíos de la época de María, muchos ofrecían a sus hijos a Dios por manos de los sacerdotes en el Templo, para que fueran criados en dependencias adjuntas al Templo. Atenderían a los sacerdotes y levitas en su sagrado ministerio. En estos alojamientos tenían divisiones especiales para las mujeres y niños dedicados al servicio divino.

Es una antigua tradición que la Santísima Virgen fue ofrecida solemnemente en el Templo de Dios a la edad de tres años por sus padres Santa Ana y San Joaquín. El Evangelio no dice nada de la infancia de María; su título de “Madre de Dios” eclipsa todo lo demás. Doce años de recogimiento, oración, contemplación, sufrimiento, fueron grandes preparativos para la misión de María. El Padre la miró como Su amada hija, el Hijo como alguien apartado y preparado para ser Su madre, y el Espíritu Santo como Su esposa inmaculada.

Según San Jerónimo, tuvo una visión de un día de la vida de María en el Templo. Desde el amanecer hasta las nueve de la mañana rezó. De 9 a 15 hacía trabajos manuales. Luego volvió a la oración y siempre era la primera en hacer las vigilias nocturnas. Era la más aplicada al estudio, la más pura entre las vírgenes y la más perfecta en la práctica de todas las virtudes.

Existen también escritos de las visiones de la beata Ana Catalina Emmerick que hablan de la infancia de María, y por supuesto incluyen detalles de la Presentación de la Virgen María.

Según la beata, María tenía más de tres años cuando hizo el voto de presentarse en el templo entre las vírgenes que allí moraban.

La beata explicó según sus visiones que María “era de complexión delicada, cabellera clara un tanto rizada hacia abajo. He visto en casa de Ana los preparativos de María para ser conducida al templo. Era una fiesta muy grande. Estaban presentes cinco sacerdotes de Nazaret, de Séforis y de otras regiones, entre ellos Zacarías y un hijo del hermano del padre de Ana.

La he visto de pie sobre el tronito resplandeciente. Dos sacerdotes estaban a su lado; otro, delante. Los sacerdotes tenían rollos en las manos y rezaban preces sobre ella con las manos extendidas. Tuve una admirable visión de María. Me parecía que por la bendición se hacía transparente. Vi una gloria de indescriptible esplendor y dentro de ella el misterio del Arca de la Alianza como si estuviese en un brillante vaso de cristal. Luego vi el corazón de María que se abría en dos como una puertecita del templete, y el misterio sacramental del Arca de la Alianza penetró en su corazón. En torno de este misterio había formado un tabernáculo de variadas y muy significativas piedras preciosas. Entró en el corazón, como el Arca en el Santísimo, como el Ostensorio en el tabernáculo.

Vi a la niña María como transformada, flotando en el aire. Con la entrada del sacramento en el corazón de María, que se cerró luego, lo que era figura pasó a ser realidad y posesión, y vi que la niña estuvo desde entonces como penetrada de una ardorosa concentración interior. Vi también, durante esta visión, que Zacarías recibió una interna persuasión o una celestial revelación de que María era el vaso elegido del misterio o sacramento. Había recibido él un rayo de luz que yo vi salir de María.

Después de esto condujeron los sacerdotes a la niña adonde estaban sus padres.




Ana levantó a su hija en alto y estrechándola contra su pecho la besó con interna dulzura y afecto, mezclada de veneración. Joaquín, muy conmovido, le dio la mano, lleno de admiración y veneración. La hermana mayor de María Santísima, Maria de Helí, abrazó a la niña con más vivacidad que Santa Ana, que era una mujer muy reservada, moderada y muy medida en todos sus actos.

María tenía una destreza superior a su edad: desde entonces la vi trabajar en pequeños pedazos de tela blanca para el servicio del Templo. Las paredes de su pieza estaban sobrepuestas con piedras triangulares de varios colores.

Suspiraba continuamente por el cumplimiento de la promesa y en su humildad apenas podía formular el deseo de ser la última entre las criadas de la Madre del Redentor.

Los destinos para los cuales estaba llamada María no podían ser completamente desconocidos por los sacerdotes. Su manera de ser, su porte, su gracia infinita, su sabiduría extraordinaria, eran tan notables que ni aún su extrema humildad lograba ocultar».

La Presentación de la Virgen María en el Templo, que fue su consagración, nos recuerda también nuestra propia consagración y cómo podemos santificarnos en el servicio a Dios, pero también en lo cotidiano.

San Josemaría Escrivá decía que «la vida ordinaria puede ser santa y llena de Dios,  el Señor nos llama a santificar la tarea corriente, porque ahí está también la perfección cristiana. Considerémoslo una vez más, contemplando la vida de María».

Presentación de María en Youtube

🌹 Presentación de la Virgen María | Qué es y cómo sucedió según la beata Ana Catalina Emmerick

Fuentes:

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