Estas oraciones para bendecir la casa están diseñadas para invocar la protección divina sobre el hogar, llenando cada rincón con la paz y el amor de Dios. Al recitarlas, consagras tu casa a Nuestro Señor, bendiciendo a quienes lo habitan y lo visitan. Reza con fe y confianza, sabiendo que Dios protegerá tu hogar y cuidará de quienes lo rodean.
Todo cristiano desea que su hogar sea un lugar bendecido, donde la paz de Dios reine cada día. Mantener protegida la puerta de nuestra casa también es fundamental. Una manera sencilla de hacerlo es trazar una cruz con agua o aceite bendita mientras pedimos la bendición de Dios. También puedes recitar esta oración con fe y amor, dedicándola a tu hogar, a sus habitantes y a todos los que crucen su umbral.
Te sugiero imprimirla o, aún mejor, escribirla y colocarla cerca de la puerta, para que te recuerde repetirla con frecuencia. Así, cada palabra será un escudo de protección y también un recordatorio de la presencia de Dios en tu vida.
Oración para bendecir la puerta de casa
Bendecir una casa nueva es una manera de recordar que Dios la llenó mucho antes que nosotros y de abrirnos a la conciencia de la presencia de Dios. También es una manera de pedir la ayuda de Dios mientras hacemos de ese lugar un hogar. Aquí hay dos bendiciones para el hogar que me gustan especialmente:
Que la paz de Dios descienda sobre esta casa y sobre todos quienes habitan en ella. Señor Santísimo, Padre Todopoderoso, Dios Eterno: Eres alfa y omega, comienzo y fin. Velas por nosotros desde el nacimiento hasta la muerte. Dígnate, pues, a bendecir la puerta de nuestra casa. En tu bondad, envía a Tus santos ángeles del cielo para vigilar, proteger, acompañar, consolar y alentar a quienes residen en esta casa.
Cuando crucemos esta puerta, atráenos más profundamente hacia tu presencia y que reine en este lugar un espíritu de humildad, bondad, dulzura y gratitud. Oh Señor, Tú eres la puerta de la vida eterna. Bendice todas nuestras entradas y salidas y vierte sobre nosotros gracias en abundancia. Te rezamos para que bendigas y santifiques esta casa, como bendijiste la casa de Abraham, Isaac y Jacob, y que entre las paredes de esta casa residan los Ángeles de tu luz y los guarden a ella y a sus moradores.
Que esta bendición descienda sobre esta casa y sobre quienes viven en ella, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición de una casa nueva
Oración para bendecir la casa nueva
Señor, envía Tu misericordia y Tu bendición sobre nosotros aquí y sobre esta casa. Que Tus ángeles velen por ella y mantengan a todos los que viven aquí a salvo de todo aquello que es malo. Que nos guíen en el cumplimiento de Tu santa voluntad, enseñándonos a observar lo que Cristo nos ha enseñado.
Oh Señor, concédenos salud y longevidad, dándonos de Tu mano generosa todo lo que necesitamos para vivir bien y sabiamente. Salva a todos los que están en necesidad o en problemas de cualquier tipo. Que esta casa sea conocida como un lugar de alegría y misericordia, donde la bondad de Cristo se haga real para todos los que viven aquí y quienes la visitan. Ten misericordia con nosotros, Señor, porque eres un Dios misericordioso, que amas a la humanidad, y a Ti te rendimos gloria.
Rezamos la oración Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Antigua oración para bendecir la casa nueva
Oh Padre Celestial, Dios Todopoderoso, te suplicamos humildemente que bendigas y santifiques esta casa, a todos los que habitan en ella y todo lo que contiene. Dígnate llenarla con todo bien; concede a sus habitantes, oh Señor, la abundancia de bendiciones celestiales y, de la riqueza de la tierra, todo lo necesario para la vida. Finalmente, dirige sus deseos hacia los frutos de Tu misericordia.
Al entrar, te pedimos que bendigas y santifiques esta casa, como te dignaste bendecir la casa de Abraham, Isaac y Jacob; y que los ángeles de Tu luz, que habitan dentro de estas paredes, la protejan junto con quienes viven en ella. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración para bendecir la casa en Epifanía
Durante generaciones, los católicos de todo el mundo han bendecido sus hogares en la Epifanía, el día en el que recordamos la llegada de los magos al lugar donde nació Jesús. La fecha tradicional de la Epifanía es el 6 de enero, aunque en EE. UU. se celebra el domingo entre el 2 y el 8 de enero; de cualquier manera, la Epifanía tiene lugar durante la temporada litúrgica de Navidad, un momento en el que recordamos la llegada de Nuestro Salvador a este mundo. Al bendecir nuestros hogares, invitamos a Cristo a nuestros hogares en el año venidero.
Comenzamos con un Padre Nuestro, luego rezamos:
Señor Dios del cielo y de la tierra,
revelaste a tu Hijo unigénito a todas las naciones
guiándolas con una estrella.
Bendice esta casa
y a todos los que la habitan.
Llénalos (llénanos) con la luz de Cristo,
para que su (nuestra) preocupación por los demás refleje tu amor…
Que Cristo Jesús habite entre nosotros,
nos guarde de todo mal
y nos haga uno en mente y corazón,
ahora y siempre.
R/. Amén.
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