Día 1: La Primera aparición
Durante la noche del 18 al 19 de julio de 1830, la Santísima Virgen se apareció por primera vez a santa Catalina Labouré, que había sido despertada y conducida desde el dormitorio a la capilla por su ángel de la guarda.
En el santuario, Santa Catalina escribió más tarde:
“Escuché algo como el susurro de un vestido de seda, proveniente del costado de la tribuna, cerca del cuadro de San José. Se posó en los escalones del altar del lado del Evangelio, en un sillón como el de Santa Ana... Mientras miraba a Nuestra Señora, me arrojé cerca de ella, cayendo de rodillas sobre los escalones del altar, con las manos apoyadas en sus rodillas. Ese fue el momento más dulce de mi vida”.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, mira mi alma con misericordia, obtén para mí un espíritu de oración que me lleve a recurrir siempre a ti. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 2: Protección de María en tiempos de prueba
"Los tiempos son muy malos, desgracias van a sobrevenir a Francia, el trono será derrocado, el mundo entero se verá abrumado por desgracias de todo tipo". La Santísima Virgen parecía muy angustiada al decir esto.
“Pero venid al pie de este altar. Aquí las gracias serán concedidas a todo aquel, grande o pequeño, que las pida con confianza y fervor... Llegará un momento de peligro tan grande que todo parecerá perdido. Pero yo estaré contigo”.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, en medio de la gran desolación del mundo y de la Iglesia .Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 3: La Cruz será despreciada
“La Cruz será despreciada y arrojada al suelo, la sangre correrá por las calles, el Costado de Nuestro Señor será nuevamente abierto. El arzobispo será despojado de sus vestiduras”. Aquí la Santísima Virgen, con el rostro lleno de tristeza, ya no pudo hablar. “Hija mía, el mundo entero quedará sumido en el dolor”, me dijo.
Oración:
Oh Santísima Virgen, oh Madre mía, obtén para mí la gracia de vivir en unión contigo, con tu Divino Hijo y con la Iglesia en este momento crucial de la historia, tan trágico como la Pasión, cuando toda la humanidad está a punto de elegir bando por ¡O contra Cristo! Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 4: María aplasta la cabeza de la serpiente
A las 5:30 de la tarde del 27 de noviembre de 1830, mientras Santa Catalina oraba en la capilla, la Santísima Virgen se le apareció por segunda vez, de pie a la altura del cuadro de San José a la derecha del altar mayor.
“Su rostro era tan hermoso que me sería imposible describirlo. Su túnica era blanca como el resplandor del amanecer... Su cabeza estaba cubierta con un velo blanco que se extendía hasta sus pies que descansaban sobre una media esfera, con su talón aplastando la cabeza de una serpiente”.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, sé mi protección contra los asaltos del enemigo infernal. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 5: La Virgen con el mundo en sus manos
La Santísima Virgen sostiene en sus manos un globo terráqueo que representa el mundo entero, y cada persona en particular, y lo ofrece a Dios implorando su misericordia. Lleva anillos en los dedos con piedras preciosas que irradian rayos, uno más hermoso que el otro, simbolizando las gracias que la Santísima Virgen derrama sobre quienes las piden.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, sé siempre tú quien sostiene este mundo en tus manos, y derrama tus gracias sobre nosotros, tus hijos. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 6: La invocación en la medalla
Durante la segunda aparición, Nuestra Santísima Madre explicó a Santa Catalina “cuán contenta se siente cuando la gente le reza y cuán generosa es con ellos; cómo concede gracias especiales a quienes las piden; y qué gran alegría siente al concederlos”.
En ese momento “se formó alrededor de Nuestra Señora un marco, a modo de óvalo, que llevaba en letras doradas las siguientes palabras: 'Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti'”.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, dame la gracia de recurrir siempre a ti en oración. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 7: Revelación de la medalla
Entonces se escuchó una voz que decía: “Hagan acuñar una medalla según este modelo. Quienes lo lleven, bendito, alrededor del cuello recibirán grandes gracias. Las gracias serán abundantes para quienes lo lleven con confianza”.
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, inspírame siempre a llevar conmigo la medalla milagrosa, y regálame tus gracias a través de ella. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 8: Los corazones de Jesús y María
Después de contemplar la imagen de la medalla, Santa Catalina la vio girar para mostrar el reverso.
Allí vio una “M”, el monograma de María, coronada por una pequeña cruz y, debajo, los corazones de Jesús y de María, el primero rodeado de espinas y el segundo traspasado por una espada. Doce estrellas rodeaban los corazones y el monograma.
Oración:
Oh Inmaculado Corazón de María, haz mi corazón semejante al tuyo. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.
Día 9: María Reina del Universo
Reina del Universo Confirmando las predicciones de San Luis Grignion de Montfort, Santa Catalina dijo que la Santísima Virgen será proclamada Reina del Universo:
"¡Oh, qué hermoso será escuchar: María es la Reina del Universo. Los niños y todos llorarán de alegría y arrobamiento. Esa será una era duradera de paz y felicidad. Ella será exhibida en estandartes y desfilada por todo el mundo".
Oración:
Oh Virgen Santísima, oh Madre mía, inspírame a honrarte como Reina del Universo. Obtén para mí las gracias que te imploro y, sobre todo, inspírame a orar por las gracias que más deseas concederme.