El Vía Crucis o Camino a la Cruz es una de las más antiguas devociones practicadas por los Católicos en todo el mundo. Consiste en acompañar a Jesús en su Pasión y Muerte, en sus horas finales, repasando 14 momentos (las 14 Estaciones del Vía Crucis) desde que fue condenado a muerte hasta su sepultura.
Más recientemente a veces se suele agregar una nueva 15ª Estación: la Resurrección del Señor, en consideración a que si Cristo no resucitó, vana sería nuestra Fe (1 Cor 15, 14).
El Vía Crucis se reza de pie, y en algunos momentos de rodillas. Debe hacerse caminando, deteniéndose en cada estación, para recordar el camino de Jesús al Calvario. Es por eso que las imágenes de la representación del Vía Crucis están en la pared, alrededor del templo. Si se reza en casa, ayuda tener en la mano imágenes de la Pasión y Muerte del Señor, para que puedas recordar e imaginar su dolor.
Cómo rezar el Via Crucis:
Señal de la Cruz
Acto de contrición (opcional):
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, me pesa de todo corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de pecado, confesarme y cumplir la penitencia. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados.
Amén.
Oración inicial:
Señor, que la meditación de tu Pasión y Muerte nos anime y ayude a tomar la cruz de cada día y seguirte, para un día resucitar contigo en la gloria. Amén.
4.- Anunciar cada estación. Después de cada estación pedimos perdón y recitamos : Te adoramos, Cristo y te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo + 1 Padre Nuestro, 1 Ave María y 1 Gloria, como se indica a continuación.
Estaciones:
1° Estación: Jesús es condenado a muerte
Por la envidia de los Fariseos y la debilidad de Pilato, Jesús fue juzgado injustamente y condenado a muerte.
Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente. Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco.
Porque yo también Te he juzgado al reclamarte algo, Señor. Porque también Te he juzgado al juzgar a mis hermanos,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
2° Estación: Jesús carga con la Cruz
Simplemente se la echaron encima sin ninguna consideración, y Él no la rechazó.
Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad. Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.
Por las veces que yo he dejado de llevar mi cruz y por las veces que he renegado de mis penas y enfermedades,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
3° Estación: Jesús cae por primera vez
No es fácil llevar la cruz. Muchas veces cae uno vencido bajo su peso.
Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!
Por las ocasiones en que he tardado tanto en levantarme y también por todos aquellos que no quieren levantarse,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
4° Estación: Jesús se encuentra con Su madre
Tuviste, Jesús, el apoyo de tu Madre en la subida al Calvario. Ella no se quejó, sino que te acompañó en ese penoso camino.
Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia.
¡Ayúdame Madre!
Por las veces que no he dado apoyo a otros en los momentos difíciles y por haberlos dejado solos en su Via Crucis.
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
5° Estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz
Tuviste, Jesús, a Simón el Cireneo, quien –obligado- cargó la cruz contigo. ¡Qué gracia la de éste que cruzaba por tu camino al Calvario!
Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo?
Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos. ¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo?
Por las veces, Señor, que no me he dado cuenta que Tú has sido mi Cireneo, que has sido Tú quien me ha ayudado a llevar mi cruz,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
6° Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús
Aquella mujer fue valiente al limpiar tu rostro cruzando la fuerte guardia que te llevaba a empujones y jalones camino al lugar de tu Crucifixión. Y dejaste impreso tu rostro en su paño.
Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el «qué dirán», del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones.
Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el «qué dirán».
Por las veces que no he visto Tu rostro en los que sufren, en los abandonados y débiles, en los ancianos y enfermos.
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
7° Estación: Jesús cae por segunda vez
Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más. No sabemos si tropezaste o si caíste por un empujón.
¡Caes delante de todos! ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación? ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda?
Por las veces que con mi ejemplo hice que otros tropezaran y cayeran, y por las veces que deliberadamente los he empujado. Por las veces que por mi ejemplo, otros han pecado,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
8° Estación: Jesús habla a las mujeres de Jerusalén
En medio de su dolor, Jesús no deja de preocuparse por la pena de aquellas mujeres.
Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones.
Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a Tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres.
Dame profunda gratitud y correspondencia a Tu Misericordia.
Por las veces en que me he dejado abrumar tanto por mis problemas, que me he olvidado de los sufrimientos de los que me rodean o se han acercado a mí,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
9° Estación: Jesús cae por tercera vez
Y por tercera vez hace un esfuerzo inmenso y se levanta. Más cerca de la Cruz, más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz.
Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos.
Por esas ocasiones en las que, ante las dificultades, me he desanimado y no he continuado en aquello que me has pedido a favor de los demás,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
10° Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras
Antes de crucificarlo, lo despojaron de sus vestiduras.
Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas.
A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos.
Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a Tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.
Y por las veces en que yo he despojado a otros de su reputación, de sus bienes, de sus derechos, de su inocencia, de sus ilusiones,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
11° Estación: Jesús es clavado en la Cruz
Y desde la Cruz pidió a Su Padre que perdonara a Sus verdugos y que nos perdonara a nosotros.
Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos.
Por tantos perdones que yo he negado, por tanta represalias, por tantas venganzas que he tomado, por tanto resentimiento que conservo y que amarga mi alma,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
12° Estación: Jesús muere en la Cruz
No hay amor mayor que dar la vida por otro. ¡Gracias, Señor, gracias!
Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a Tu amor con amor, cumplir Tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de Tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.
Por la facilidad con que me olvido de cuánto me amas, Señor, cuánto me has dado, cuánto te costaron mis pecados. Por la poca importancia que doy a Tu Pasión y Muerte que me ha redimido y por no darme cuenta de la necesidad que tengo de ser redimido por Ti,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
13° Estación: Jesús es bajado de la Cruz
Y su cuerpo es puesto en brazos de su Madre.
Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Mas te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de ti y te compadezcas de mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!
Por ese tierno Niño que tú nos diste una Nochebuena y que una mala tarde te devolvimos muerto por nuestros pecados,
- Perdón, Madre, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
14° Estación: Jesús es sepultado
Aquél que algunos judíos esperaban fuera el liberador de Israel ha sido sepultado.
Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección.
Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos.
Por las veces en que he olvidado que es necesario pasar por todas esas cosas para poder entrar en la gloria,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
15° Estación: Jesús ha resucitado
Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe.
Jesús está vivo y nosotros vivimos en Él para siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la humanidad una renovada primavera de esperanza.
Jesús, enséñame a mantener siempre la esperanza.
Por las veces que he hecho vana mi fe al creer en mitos que van en contra de Tu Resurrección. Por las veces en que olvido que si no muero a mí mismo, Jesús, no podré resucitar contigo,
- Perdón, Señor, perdón.
- Te adoramos, Cristo y Te bendecimos, porque por Tu santa Cruz redimiste al mundo.
- Padre Nuestro, Ave María y Gloria
Oraciones finales:
1: Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de Tu Madre la Virgen, que cada vez que medite Tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y Tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a Tu Bondad. Amén.
2: Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.
3: Señor mío Jesucristo, que con Tu Pasión y Muerte diste vida al mundo, líbranos de todas nuestras culpas y de toda inclinación al mal, concédenos vivir apegados a tus Mandamientos y jamás permitas que nos separemos de Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Fuentes: