Qué es el credo de los apostoles

Qué es el credo de los apostoles
Qué es el credo de los apostoles

El Credo de los apóstoles, en latín: Symbolum Apostolorum o Symbolum Apostolicum, es una declaración dogmática de los contenidos de la fe cristiana. Se trata del antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma.​ También se conoce como Credo Apostólico o el Símbolo de los Apóstoles.

Es ampliamente utilizado por varias denominaciones cristianas para propósitos litúrgicos y catequéticos, más visible por las iglesias litúrgicas de tradición occidental, incluyendo la Iglesia Católica, el luteranismo y el anglicanismo. También es utilizado por presbiterianos, moravos, metodistas y congregacionalistas, quienes suelen cambiar en la parte final “Iglesia Católica”, por “Iglesia Cristiana”.

El Credo de los Apóstoles tiene una estructura trinitaria con secciones que afirman la creencia en Dios Padre, Jesucristo, su Hijo y el Espíritu Santo.

El Credo de los Apóstoles se basó en la comprensión teológica cristiana de los evangelios canónicos, las cartas del Nuevo Testamento y, en menor medida, del Antiguo Testamento. Su base parece ser el antiguo Credo Romano conocido también como el Antiguo Símbolo Romano.

Cuál es el Credo de los apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
creador de cielo y tierra.

Creo en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos
y al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
en la Santa Iglesia Católica,
en la comunión de los Santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de la carne,
y en la la vida eterna.

Amén.



También existe el Credo en su versión larga, el cual se llama Credo de Nicea – Constantinopla, promulgada en el Concilio de Nicea I (325) y ampliada en el Concilio de Constantinopla (381).

Credo de Nicea – Constantinopla

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

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