El Santo Rosario es una de las más antiguas devociones a María, y más conocidas entre el pueblo de Dios. Para ti, hermano(a) que sufres o que tienes un ser querido que sufre por una enfermedad, el Santo Rosario es la oración más indicada.
Las lecturas bíblicas y las reflexiones que se presentan a continuación se deben leer con los misterios que corresponden al día que se rece el Rosario.
Cómo rezar el rosario por los enfermos
Para comenzar:
- Oración: Dios nuestro, permítenos, ofrecerte junto con la Santísima Virgen María, este Rosario de meditación para la sanacion de los enfermos: (Decir aquí el nombre de los enfermos).
- Señal de la Cruz
- Jaculatoria: María, Salud de los Enfermos, Ruega por nosotros, y por todos los que sufren.
- Gloria
Igual que el rosario común, se anuncia cada misterio y luego la jaculatoria.
Rezamos cada misterio
- Padre nuestro
- 10 Ave Marías
- Gloria
- Jaculatoria: Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
Para finalizar
Por las necesidades del Santo Padre:
- Padre Nuestro
- Ave María
- Gloria
Dios te salve María Santísima, hija de Dios Padre, Virgen purísima y castísima antes del parto, en tus manos encomiendo mi fe para que la alumbres, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María Santísima, madre de Dios Hijo, Virgen purísima y castísima antes del parto, en tus manos encomiendo mi esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María Santísima, esposa del Espíritu Santo, Virgen purísima y castísima después del parto, en tus manos encomiendo mi caridad para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
Opcionalmente podemos rezar las letanías de los enfermos
Letanías de los enfermos
Señor Jesús, que curaste al ciego de Betsaida
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús que curaste a dos ciegos en Cafarnaúm
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a dos ciegos en Jericó
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un ciego y mudo
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al sordomudo en Decápolis
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un leproso en Galilea
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a diez leprosos en Galilea
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al paralítico de Cafarnaúm
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al paralítico de la piscina
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al hombre de la mano atrofiada
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a la mujer hemorroísa
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un hombre hidrópico
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al siervo del centurión
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al hijo del funcionario real
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a la suegra de San Pedro
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un niño lunático
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al poseso de Cafarnaúm
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un poseso mudo
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a una joven posesa de Canán
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a dos posesos de Gerasa
Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste a la hija de Jairo
Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste al hijo de una viuda
Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste a tu amigo Lázaro
Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste Tú mismo del sepulcro
Ten compasión de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Fuente: https://elsalvadormisionero.org