¿POR QUÉ TE CONFUNDES Y TE AGITAS ANTE LOS PROBLEMAS DE LA VIDA?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma: Jesús, yo en ti confió.
Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad.
Abandónate confiada mente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: Jesús, yo confió en tí.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera.
Cuando me dices; Jesús, yo confío en ti, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo, YO TE AMO.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración sigue confiado, cierra los ojos del alma y confía.
Continua diciéndome a toda hora: Jesús, yo confío en tí.
Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles, Satanás quiere eso; agitarte, angustiarte, quitarte la Paz. Confía solo en Mí, abandonándote en Mí.
Así que no te preocupes, hecha en Mí todas tus cargas y duerme tranquilamente. Dime siempre; Jesús, yo confió en ti y verás grandes milagros.
Te lo prometo por mi amor.
Padre Dolindo Ruotolo fue un sacerdote napolitano (1882-1970), estigmatizado milagroso y “portavoz del Espíritu Santo”.
El padre Ruotolo tuvo una extraordinaria comunicación con Jesús a lo largo de su vida heroica, una vida totalmente dedicada a Dios y a la Santa Madre María. Se refirió a sí mismo como “el viejito de Nuestra Señora” y el Rosario era su compañero constante.
Como se puede ver en esta novena mucho de lo que nuestro Señor quiere vuela frente a la normal inclinación humana y la razón. Sólo podemos ascender a este nivel de pensamiento a través de la gracia de Dios y la ayuda del Espíritu Santo.
Debemos dejar de lado nuestros problemas, dejar de preocuparnos y tratar de resolverlos nosotros mismos. Debemos creer, confiar y permitir que nuestro Señor nos rescate de nosotros mismos y suministre nuestros deseos, necesidades y resuelva nuestros problemas como sólo Él puede.
Jesús, ocúpate Tú de ello, deben ser las primeras palabras que vienen a la mente y fluyen de nuestros labios. Después de todo, hemos intentado hacer cosas a nuestra manera y mira donde ésta nos tiene.
Simplemente haz lo que dice la oración, abramos nuestros corazones y mentes en amor y cerremos nuestros ojos en confianza y pídele a Jesús que Él se encargue de todo, Él lo hará.
Fuente: https://haciadios.com