Ofrenda para cada día
Gloriosa Santa Ana, llena de compasión por los que te invocan con amor; para los que sufren, cargados con el peso de sus tribulaciones, me arrojo a tus pies y te ruego humildemente que tomes el presente asunto que te recomiendo bajo tu protección especial.
Presentamos las intenciones
Válgase a recomendarlo a su hija, la Virgen María, y póngala ante el trono de Jesucristo, para que ella lleve mi pedido a una feliz resolución. No cesaré de interceder hasta que mi petición sea concedida. Sobre todo, obtén por mí la gracia de un día poder contemplarlo a mi Dios cara a cara, y con Ti y con Santa María y todos los santos, alabando y bendiciendo a Dios Todopoderoso por toda la eternidad. Amén
Rezamos un Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre
Primer día
Grandiosa Santa Ana, graba indeleblemente en mi corazón y en mi mente las palabras que han reclamado y santificado tantos pecadores: "¿Que provecho le dará a un hombre ganarse el mundo entero si pierde su propia alma?" Que este sea la fruta principal de estos ejercicios piadosos con los cuales he de procurar honrarte durante esta Novena. A tus pies renuevo mi resolución a invocarte diariamente, no solo para el éxito de mis asuntos temporales y para ser preservado de la enfermedad y el sufrimiento, sino que, más que nada, pueda ser preservado de todo pecado; que pueda ganar la victoria sobre mis inclinaciones depravadas, y que pueda tener éxito en obtaner mi eterna salvación. Oh mi poderosa Protectora, no dejes que pierda mi alma, sino obtén para mi la gracia en ganar mi camino al Cielo, ahí contigo, bienaventurada esposa y tu gloriosa hija, para cantar las alabanzas de la Sacratísima y adorable Trinidad, por y para siempre. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Honra a la Buena Santa Ana todos los días de tu vida, con una oración o breve jaculatoria
Segundo día
Gloriosa Santa Ana, ¿cómo puedes estar tan desbordada de ternura hacia los pobres pecadores como yo, puesto que eres la abuela de Aquel que derramó sangre por ellos, y la madre de aquella a quien los santos llaman abogada de los pecadores? A ti, por lo tanto, dirijo mis oraciones con confianza. Vaya a encomendarme a Jesús ya María, para que, a petición suya, me concedan la remisión de mis pecados, la perseverancia, el amor de Dios, la caridad para toda la humanidad y la gracia especial de la que estoy en necesidad en este tiempo presente.
¡Oh, mi poderosa protectora! No permitas que pierda mi alma, sino que obtenga que por los méritos de Jesucristo y la intercesión de María tenga la felicidad de verlos, de amarlos y alabarlos contigo por toda la eternidad. Amén.
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Cuando rezas a Santa Ana, no dejes de pedirle el amor de Jesús y María. Es la oración más beneficiosa que puedes ofrecer y siempre será concedida.
Tercer día
Amados de Jesús, María y José, Madre de la Reina del Cielo, tomadnos, y todos los que nos son queridos, bajo tu especial cuidado. Obtén las virtudes que has infundido en el corazón de ella, que estaba destinada a ser la Madre de Dios, y las gracias con las que has sido dotada. ¡Sublime modelo de feminidad cristiana! Oremos para que podamos imitar su ejemplo en nuestros hogares y familias, escuchar nuestras peticiones, y obtener nuestras peticiones, Guardián de la infancia e infancia de la Santísima Virgen María; obtén las gracias necesarias para todos los que entran en el estado matrimonial, que imiten Tus virtudes y que puedan santificar sus hogares y llevar las almas confiadas a su cuidado a la gloria eterna. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Pide a Dios, por intercesión de Santa Ana y de San Joaquín, las virtudes propias de tu estado de vida y la gracia de cumplir dignamente todas sus obligaciones.
Cuarto día
Santo Glorioso, me arrodillo en confianza a tus pies porque también has probado la amargura y el dolor de la vida. Mis necesidades, la causa de mis lágrimas, son las siguientes: [Aquí menciona tu intención]. Buena Santa Ana, tú que sufrió mucho durante los veinte años que precedieron a tu gloriosa maternidad, te suplico, por todos tus sufrimientos y humillaciones, que concedas mi oración. Te ruego que, a través de tu amor por tu glorioso esposo, por tu amor por tu inmaculada criatura, por la alegría que sentías en el momento de su feliz nacimiento, no me rechaces. Bendecidme, bendice a mi familia y a todos los que me son queridos, para que algún día todos podamos estar contigo en la gloria del cielo por toda la eternidad. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
La paciencia bajo el sufrimiento es el camino más corto hacia el cielo, y un gran signo de predestinación. Cuando las cruces te alcancen, pídele a Santa Ana que te dé paciencia y resignación para soportarlas.
Quinto día
Gran santa, qué tan lejos estoy de parecerme a ti, tan fácilmente doy paso a la impaciencia y al desánimo; Y tan fácilmente renuncio la oración cuando Dios no concede inmediatamente mi petición. Por eso soy tan miserable y tan pobre en virtud. La oración es la llave de todos los tesoros celestiales y no puedo orar, porque mi débil fe y mi lánguida confianza me fallan al menor retraso de la misericordia divina. Oh mi poderosa Protectora, venid en mi ayuda, para que mi confianza y fervor, apoyados por las promesas de Jesucristo, se redoblen en proporción al juicio a que Dios en Su bondad me somete, y que se prolongue, para que así pueda obtener, como tú, más de lo que me puedo aventurar a preguntar. En el futuro, recordaré que estoy hecho para el cielo y no para la tierra, para la eternidad y no para el tiempo; que, por consiguiente, debo pedir, sobre todo, la salvación de mi alma que está asegurada a todos los que oran debidamente y que perseveran en la oración. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Una de las gracias más grandes que puedes pedir a Dios a través de la intercesión de Santa Ana, es la confianza inquebrantable en la promesa hecha por Jesús a los que oran.
Sexto día
Gloriosa Santa Ana, madre de la augusta Madre de Dios, te ruego que obtengas, por tu intercesión, el perdón de mis pecados y la ayuda que necesito en mis angustias. ¿Qué es lo que no espero si me diste que me tomarás bajo tu protección? El Altísimo se ha complacido en conceder las oraciones de los pecadores cada vez que has sido lo suficientemente caritativo como para ser su defensor. Humildemente postrado a tus pies, te ruego que me ayudes en todos los peligros espirituales y temporales; para guiarme en el verdadero camino de la perfección Cristiana y, finalmente, para obtener la gracia de terminar mi vida con la muerte de los justos, para que pueda contemplar cara a cara a tu amado Jesús ya tu hija María en tu amorosa compañía a lo largo de la eternidad. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Invoca la ayuda de Santa Ana siempre que Dios te pida que hagas un doloroso y difícil sacrificio; ella lo hará más fácil para ti.
Séptimo día
La buena Santa Ana, tan justamente llamada madre de los enfermos y la cura de los enfermos, mira con bondad a los enfermos por los que pido; alíviale sus sufrimientos; Haz que santificen sus sufrimientos con paciencia y completa sumisión a la voluntad divina; que por fin se dignen en obtener salud para ellos y, con ella, la firme resolución de honrar a Jesús, a María y a ti mismo por la fiel ejecución de los deberes. No obstante, misericordiosa Santa Ana, te pido sobre todo la salvación del alma, más que la salud corporal, pues estoy convencido de que esta vida efímera nos es dada únicamente para asegurar una mejor. Ahora bien, no podemos obtener esa mejor vida sin la ayuda de las gracias de Dios; por lo tanto les suplico fervientemente a los enfermos y a mí, los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, por intercesión de Su Madre Inmaculada y por medio de su mediación eficaz y poderosa, Oh gloriosa Santa Ana. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Una manera segura de hacerse queridos a Santa Ana es ser caritativo a sus hermanos, todos los cuales son sus hijos. Aplíquense a aliviar sus necesidades corporales; sed celosos de su salvación; nunca deje pasar un día sin orar por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas en el Purgatorio.
Octavo día
Recuerda, oh Santa Ana, tú cuyo nombre significa gracia y misericordia, que nunca se sabía que cualquiera que huía a tu protección, imploraba tu ayuda y buscaba tu intercesión, fue abandonado sin ser ayudado. Inspirado por esta confianza, vuelo a ti, buena y amable madre; me refugio a tus pies y, pecador como soy, me atrevo a aparecerme ante ti, gimiendo bajo el peso de mis pecados. Santa Madre de la Inmaculada Virgen María, no desprecies mis peticiones, sino óigame y concede mi oración. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
La santidad es el don más elevado al que una criatura puede aspirar. Con la ayuda de la gracia divina puedes obtenerla. Dios incluso te ordena luchar por ella con todas tus fuerzas: por eso eres Cristiano. Haz la resolución de hacer todo lo que esté a su alcance para ganar ese tesoro. Ha habido santos en todas las condiciones de vida; ¿Por qué no puedes, con la ayuda de Dios, hacer lo que ellos han hecho?
Noveno día
Santísima Madre de la Virgen María, gloriosa santa Ana, yo, miserable pecador, confiado en tu bondad, te elige hoy como mi abogada especial. Ofrezco y consagro mi persona y todos mis intereses a tu cuidado y maternal solicitud. Quiero servirte y honrarte toda mi vida por el amor de tu hija santísima y hacer todo lo que esté a mi alcance para difundir devoción a ti.
Oh mi muy buena Madre y abogada, digna aceptarme como tu siervo y adoptarme como tu hijo. Oh gloriosa reina, te ruego, por la pasión de mi muy amado Jesús, el Hijo de María, tu santísima hija, que me ayudes en todas las necesidades de mi cuerpo y de mi alma. Venerable Madre, te ruego que me obtengas la gracia de llevar una vida perfectamente conforme en todas las cosas a la voluntad divina. Pongo mi alma en tus manos y en las de tu buena hija; te lo confío, sobre todo en el momento en que estará listo a separarse de mi cuerpo para que aparezca bajo tu patrocinio ante el Juez Supremo; que Él pueda encontrarlo digno de gozar de Su presencia divina en tu santa compañía en cielo. Amén
Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Gloria al Padre
Práctica
Ore diariamente a Santa Ana por el amor de Jesús y María y por la victoria sobre aquella inclinación maligna que es la más hiriente para su alma.
- Meditamos por un momento y rezamos la oración final
Oración en honor a Santa Ana y la Santísima Virgen María
Salve, llena de gracia, el Señor es contigo; Bendita eres entre todas las mujeres, y bendita es tu santa madre, Santa Ana, de la cual procediste sin mancha de pecado, y de ti nació Cristo Jesús, Hijo del Dios viviente; Que vive y reina, Dios, con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén
Novena a Santa Ana en Youtube
Fuentes: https://verdadcatolica.net