Te presentamos la novena a María Rosa Mística, que se reza desde el 4 al 12 de julio, para celebrarse el día 13 de julio, sin embargo la puedes rezar en cualquier momento del año.
- Señal de la Cruz
Acto de contrición
Jesús, Mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu Infinita Misericordia me has de conceder el Perdón de mis culpas y me has de llevar a la Vida Eterna. Amén
Bendita Tú eres, María, Rosa Mística, que nos diste a Tu Divino Hijo quien te eligió como tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias, intercede por nosotros ante Él y consuela nuestros afligidos corazones.
“El Señor te ha favorecido”
A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo:
-¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo.
María se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
-María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará Rey como su antepasado David, para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin. (Lc 1, 26-33)
Palabra de Dios.
Reflexión:
Dios no habla a los gritos sino en el silencio y en el corazón. María supo escuchar a Dios y callar para que él hablara. Ella es la mejor maestra en este arte de hacer silencio en nuestros corazones para encontrar a Dios.
Rosa Mística, Madre nuestra, vuelve tus ojos misericordiosísimos a millones de hombres y mujeres que acudimos a Ti, por tu intervención que podamos alcanzar la gracia de Dios mediante los sacramentos.
“Que se cumpla en mí lo que has dicho”
María preguntó al ángel:
-¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó:
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la que decían que no podía tener hijos, está encinta, desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible.
Entonces María dijo:
-Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel se fue. (Lc 1, 34-38)
Palabra de Dios.
Reflexión:
Al decir “hágase tu voluntad”, María reconoce la grandeza de Dios. A los seres humanos nos tienta manejar las cosas a nuestro antojo. Aunque lo hagamos con buena voluntad, no trascendemos nuestra propia realidad y no nos abrimos a la voluntad de quien nos dio la vida.
María, Rosa Mística, mira nuestras almas indignas y desfiguradas por el pecado, atiende nuestras súplicas, que adquiramos un corazón generoso como el tuyo, limpio de pecado, resentimiento y discordias. Que propaguemos nuestro hábito en la oración.
“Feliz de ti por haber creído”
Por aquellos días, María se fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, y entro en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se le estremeció en el vientre, y ella quedo llena del Espíritu Santo. Entonces, con una voz muy fuerte, dijo:
-¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho! (Lc 1, 39-45)"
Palabra de Dios.
Reflexión:
Hay personas que contagian felicidad, ganas de “saltar” de alegría. María es uno de esos seres especiales y el encuentro con ella nos hace sentir únicos, cercanos al fruto de su vientre.
Rosa Mística, Tú das a quien quieres. Nosotros confiamos en Ti. Te abrimos nuestros corazones, para que tu luz entre en nuestras almas y tu amor materno haga arder nuestros corazones, llenándolos con tu alegría, humildad y paz. Y podamos nosotros también iluminar a nuestros hermanos con esa luz.
“El Señor hizo en mí maravillas”
María dijo:
-Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas."
¡Santo es su nombre! Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian.
Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
Así lo había prometido a nuestros antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes." (Lc 1, 46-55)
Palabra de Dios.
Reflexión:
Humildad es tener ojos para ver la grandeza de la creación. María tiene esos ojos y por eso ofrece su espontáneo “gracias” al Creador. Cantar, celebrar y agradecer con sencillez es una vía que planifica nuestro tránsito por la vida.
María, Rosa Mística, ruega por nosotros, por nuestros hijos, por nuestros ancianos, para que podamos construir un mundo más equitativo, que nuestros hijos vivan con esperanza, y nuestros ancianos puedan gozar de los frutos de esta vida. Y que nosotros podamos trabajar incansablemente en la tarea de servir a los demás.
“No había lugar para ellos en ningún lado”
Por aquel tiempo, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de todo el mundo. Este primer censo fue hecho siendo Quirinio gobernador de Siria. Todos tenían que ir a inscribirse a su propio pueblo.
Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David, porque José era descendiente de David. Fue allá a inscribirse, junto con María, su esposa, que se encontraba encinta. Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón. (Lc 2, 1 7)"
Palabra de Dios.
Reflexión:
En ciertas situaciones nos preguntamos qué es tener un corazón nuevo. Jesús nos responde que un corazón nuevo es un corazón siempre abierto a las necesidades de los demás. Es desde esa sencillez que podremos renovar nuestra mirada.
Santa María, infunde en nosotros un corazón compasivo a las necesidades de nuestros hermanos, que no midamos conveniencias ante cualquier necesidad, que entendamos que todo lo que le hacemos a nuestros hermanos se lo estamos haciendo a Tu Hijo.
“María guardaba estas cosas en su corazón”
Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo:
-“Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustias”.
Jesús les respondió:
-“¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo estar en la casa de mi Padre?”
Pero ellos no entendieron lo que les decía.
Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba estas cosas en su corazón. (Lc 2, 48-51)
Palabra de Dios
Reflexión:
Como le pasó a María, nuestro corazón está lleno de preguntas. La fe es apoyarnos con confianza incondicional en Dios, con la certeza de que, aunque los interrogantes seguirán, estaremos seguros en Él.
María, Rosa Mística, te pedimos por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que nunca queden campos sin sembradores, y siempre haya un pueblo necesitado del alimento diario. Por nuestro Papa y nuestros Obispos, para que siempre se alimenten con la fe de su pueblo.
“Hagan todo lo que él les diga"
Al tercer día hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesús estaba allí, y Jesús y sus discípulos fueron también invitados a la boda. Se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
-“Ya No tienen vino”.
Jesús le contestó:
-“Mujer, ¿por qué me dices esto? Mi hora no ha llegado todavía”.
Ella dijo a los que estaban sirviendo:
-“Hagan todo lo que él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada tinaja cabían unos cincuenta a setenta litros. Jesús dijo a los sirvientes:
-“Llenen de agua esas tinajas”.
Las llenaron hasta arriba, y Jesús les dijo:
-“Ahora saquen un poco y llévenselo al encargado de la fiesta.”
Así lo hicieron. El encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de donde había salido; sólo los sirvientes lo sabían, pues ellos habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio y le dijo:
-“Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando todos los invitados han bebido bastante, entonces se sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora”.
Esto que hizo Jesús en Caná fue la primera señal milagrosa con la cual mostró su gloria; y sus discípulos creyeron en Él. (Jn 2, 1-11)
Palabra de Dios
Reflexión:
Cuando estamos atentos a los demás descubrimos cuáles son sus necesidades. María nos mueve a sentir los problemas del otro como propios y a ponernos en manos de Jesús para ayudar. Esa generosidad es el camino para llegar al corazón del Padre.
Según sea su fe, así serán las cosas que se sucederán”. "María, alcánzanos la gracia de que nunca perdamos nuestra fe ante los fracasos diarios, que siempre podamos iluminarnos con la Luz del Amor de Tu Hijo y del Tuyo como Madre nuestra.
“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre”
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre, y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
-“Mujer, aquí tienes a tu hijo”.
Luego le dijo al discípulo:
-“Aquí tienes a tu madre”.
Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa. (Jn 19, 25-27)
Palabra de Dios
Reflexión:
Cuando las cosas salen bien todos solemos hacernos presentes. Sin embargo, cuando sobreviene el dolor no es tan sencillo. Hace falta entereza para acompañar al prójimo en sus horas de dolor, no abandonarlo en la soledad.
Santa María, amadísima Rosa Mística, que tengamos siempre perseverancia en nuestras oraciones, que tengamos un espíritu compasivo a la penitencia, y un corazón dócil a la reparación de nuestras ofensas y por las de nuestros hermanos, que podamos construir diariamente desde aquí el Reino de los Cielos.
“En oración, en compañía de María, la madre de Jesús”
Desde el monte llamado de los Olivos, regresaron los apóstoles a Jerusalén; un trecho corto, precisamente lo que la ley les permitía caminar en sábado.
Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde estaban alojados. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago.
Todos ellos se reunían siempre para orar algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hch 1, 12-14).
Palabra de Dios
Reflexión:
Rezar es buscar a Dios... y los apóstoles muestran un camino: hacerlo juntos. Jesús nos prometió que al reunirnos en su nombre, allí estaría. Como rezar es buscar a Dios, contamos con la compañía de María para esa búsqueda.
Oración:
María Rosa Mística: Te pedimos que nos enseñes a hacer silencio en nuestro corazón para escuchar a Dios. Ayúdanos a que, entre tanto ruido del mundo, podamos distinguir su voz.
- Padre Nuestro
- Ave María
- Gloria