Letanías de los santos

Letanías de los santos
Letanías de los santos

Las letanías de los santos es una oración en la que se solicita la intercesión de todos los santos, esto es, de aquellos reconocidos como modelos de conducta cristiana y que por ello gozan de la felicidad del cielo y pueden interceder por los que aún estamos en la tierra, según nuestra fe y también según la fe de la Iglesia ortodoxa. Es uno de los ruegos más solemnes de nuestra Iglesia.

«Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad…no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad» -Lumen Gentium, 50

Letanías de los santos

Señor, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros
Trinidad santa un solo Dios,
ten piedad de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

Todos los santos ángeles y arcángeles, rueguen por nosotros
Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados, rueguen por nosotros
San Juan Bautista, ruega por nosotros
San José, ruega por nosotros…
Todos los santos patriarcas y profetas,
San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,
Todos los santos apóstoles y evangelistas,
Todos los santos discípulos del Señor,
Todos los santos inocentes,
San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,
San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,
San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Martín,
San Nicolás,
Todos los santos obispos y confesores,
Todos los santos doctores,
San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,
Santa María Magdalena,
Santa Agueda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,
Todas las santas vírgenes y viudas,
Todos los santos y santas de Dios, intercedan por nosotros.
Muéstratenos propicio,
Perdónanos, Señor.
Muéstratenos propicio,
Escúchanos, Señor.
De todo mal, libéranos, Señor
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu natividad,
Por tu bautismo y santo ayuno,
Por tu cruz y tu pasión,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

Nosotros, pecadores, te rogamos
que nos oigas,
que nos perdones,
que nos seas indulgente,
que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica,
que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera concordia,
que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes eternos,
que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores, de la condenación eterna,
que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
que te dignes escucharnos, Hijo de Dios.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros

Concluir con un Padrenuestro

Fuentes: