
San Pío de Pietrelcina, conocido por su profunda vida de oración, sus dones espirituales y su amor incondicional por Cristo y las almas, dejó a la Iglesia un legado de sabiduría que sigue iluminando a miles de fieles. Sus palabras, nacidas de la experiencia del sufrimiento, la oración constante y la íntima unión con Dios, nos animan a vivir con esperanza, fe y entrega en medio de las pruebas.
La siguiente colección reúne algunas de sus enseñanzas más conmovedoras, tomadas de sus cartas y exhortaciones espirituales. Son consejos que invitan a no desanimarse en la lucha diaria, a confiar plenamente en Jesús y en la Virgen María, y a vivir con humildad, obediencia y amor a la voluntad divina. Cada frase es una chispa de luz para el alma que busca consuelo, dirección y fortaleza.
Permite que estas palabras te acompañen, te inspiren y te acerquen más a Dios:
- Nunca te desanimes cuando la tormenta arrecia. Pon toda tu esperanza en nuestro dulcísimo Jesús. Renueva tu fe continuamente y nunca te rindas, porque la fe nunca abandona a nadie, y mucho menos a un alma que anhela amar a Dios.
- Procura estar siempre listo y preparado para hacer la Divina Voluntad, que invariablemente tiene en vista la gloria de Dios y el bien de nuestras almas. ¡Oh, qué deleitoso es pensar en hacer la voluntad de Dios en todo!
- Ánimo. No tengas miedo ni te quedes a mitad de camino. Avanza siempre con renovado ánimo. No tienes nada que temer… Jesús será el timonel que guiará tu pequeña barca espiritual y María será el ancla.
- No permitas que la tristeza habite tu alma, pues impide que el Espíritu Santo actúe libremente. Si insistimos en estar tristes, que sea una santa tristeza ante el mal que se extiende cada vez más en la sociedad actual.
- ¡Cuántas pobres almas abandonan cada día a Dios, nuestro Sumo Bien!
- No te preocupes hasta el punto de perder la paz interior. Ora con perseverancia, con fe, con calma y serenidad.
- Ama a Jesús; cuando lo ames mucho, amarás aún más el sacrificio.
- No temas a la adversidad; porque por ella, tu alma se coloca al pie de la cruz que te lleva a las puertas del Cielo. Allí encontrarás a Aquel que triunfó sobre la muerte, quien te introducirá en la felicidad eterna.
- Tengan presente que cuanto más agradable sea un alma a Dios, más debe ser probada. Por lo tanto, ánimo y sigan adelante, siempre.
- Ten la certeza de que cuanto más aumentan los ataques del diablo, más cerca está Dios de tu alma.
- Mediante el estudio buscamos a Dios; mediante la meditación lo encontramos.
- No te absorbas tanto en las actividades de Marta que olvides el silencio y la entrega de María. Que la Virgen, que tan bien concilia ambos deberes, sea tu modelo e inspiración.
- Que María llene tu corazón con la flor y la fragancia de virtudes siempre frescas, y coloque su mano maternal sobre tu cabeza. Mantente siempre cerca de nuestra Madre celestial, porque ella es el mar que hay que cruzar para alcanzar las orillas del eterno esplendor en el reino de la Aurora.
- La humildad es verdad y la verdad es humildad.
- Donde no hay obediencia, no hay virtud; donde no hay virtud, no hay bien; donde no hay bien, no hay amor; donde no hay amor, no hay Dios, y donde no hay Dios, no hay Paraíso.
- La humildad y la pureza de vida son las alas que nos elevan hacia Dios.
- Todas las oraciones son buenas cuando se realizan con buena intención y buena voluntad.
- La oración es la mejor arma que poseemos: la llave que abre el corazón de Dios.
- Amad, y practicad la sencillez y la humildad, y no os preocupéis por la opinión del mundo, porque si este mundo no tuviera nada que decir contra nosotros, no seríamos verdaderos siervos de Dios.
- Permaneced siempre unidos a la Iglesia Católica, porque sólo ella puede daros la verdadera paz, pues posee a Jesús Sacramentado, verdadero Príncipe de la Paz.
Fuente: https://www.saintbenedict.com